- Will Goldston : Helen Duncan Confunde a los Magos

Helen Duncan Confunde a los Magos

 - Will Goldston –

El caso de la Sra. Helen Duncan, la médium escocesa, que materializa, en mi opinión, es una de las historias más absorbentes del Espiritualismo.

Para ella, se ha afirmado que posee poderes de médium, y en algunos aspectos, superiores a los del famoso Rudi Schneide. Sin embargo, al mismo tiempo, se supone que es un fraude, y los métodos de engaño, que dicen que emplean son tan sorprendentes como casi imposibles de creer.

La Sra. Duncan, se dice que posee la notable habilidad de regurgitar, antes de cada sesión se traga muchos metros de paño especialmente apretado y preparados – hasta guantes de goma. Todo este material se regurgita de su estómago durante una sesión, persuadiendo, de alguna forma para después simular una figura humana. Esto con una remota colaboración es la declaración para su persecución.

Sesión Asombrosa

Soy uno de los pocos afortunados de haber tenido el privilegio de asistir a las sesiones de la Sra. Duncan. Mi primera experiencia con ella fue, quizás, la más sorprendente, cuando asistí más como una persona normal, más que como un investigador.

La sesión tuvo lugar a finales de marzo de este año (1932), en una casa del norte de Londres. El gabinete de la médium consistía simplemente de dos cortinas de la habitación. Ella estaba en trance, a los tres minutos, y se mantuvo durante una hora y media con diferentes manifestaciones, de todas las edades, de ambos sexos, y cada uno poseía una voz individual diferente. Yo personalmente continué una conversación con una pequeña femenina llamada Violeta. Ella me dijo que tenía ocho años, y me permitió sentir su mano.

Hasta ahora, que yo sepa, - y soy un mago con una experiencia de toda la vida – no hay algún sistema de trampas para poder lograr los resultados asombrosos que he presenciado esta noche con la Sra. Duncan.

Tampoco estoy al tanto de cualquier sistema de ventriloquía, o control de voz que pueda perfectamente simular las voces de ocho seres diferentes. Después de la sesión con la Sra. Duncan, me llamó la atención una habitación contigua. Allí, conmigo, bebió dos tazas de café y comió dos galletas de té. Yo no soy un hombre suficientemente médico para saber en qué medida se puede regurgitar para desarrollar un sujeto humano, pero yo debería sorprenderme más, si además es capaz de absorber alimentos y bebidas en el estómago con el estomago lleno de otros materiales.

Fenómenos Inexplicables

Mi siguiente sesión con la Sra. Duncan, fue, en lo que a mí respecta, una sesión puramente de prueba. Yo había alistado a los co-examinadores Henry Rigoletto, Dr. A. E. Neale, y Dr. O. H. Bowen. Los tres, magos de la más amplia experiencia.

Previamente a la sesión, la Sra. Duncan había sido despojada, examinada y completamente vestida por dos damas que estaban presentes con nosotros durante la tarde entera, y a quien nos dio a entender que eran extrañas para ella. Por nuestra parte, no pudimos encontrar nada en la habitación, o más concretamente, en el gabinete, ya que teníamos motivos para sospechar.

Mi propio asiento estaba aproximadamente a dos pies del gabinete. Una luz roja tenue fue utilizada para la iluminación, suficiente para mí ver claramente las cortinas y el contorno de la médium.

Las formas se manifestaban en esa segunda ocasión,  pensé, un poco falto de claridad y poder. Sin embargo, fue esencialmente del mismo tipo – es decir, brillo fosforescente, una curiosa luz de rubí, y totalmente autoluminiscente. Yo estoy y todavía estoy completamente perplejo para explicar el aspecto y la desaparición, por cualquier medio material.

No hubo ninguna señal o sonido que yo pudiera interpretar como evidencia de fraude.

Anteriormente en la noche, me había advertido un viejo amigo mío, probablemente aparecería en el transcurso de la sesión.

¿Quién era Lafayette?

 

La figura fue materializada, pero sólo después de muchas dificultades. No tenía facultades vocales. Le pregunté si podía escribir alguna cosa, y la figura asintió con la cabeza. Después de unos instantes oí el sonido de la escritura desde el interior del gabinete, y casi de inmediato una hoja de papel fue doblada y arrojada por las cortinas. En ella había escrita una palabra – “Lafayette” (Lafayette, uno de los mejores magos y más conocidos de la pasada generación, murió quemado en un escenario de Edimburgo de 1911)

Se había dispuesto que al final de la velada, se me permitiese asegurar a la médium de cualquier forma que creyera conveniente. Para ello, me había llevado un par de esposas de patrón de regulación, cuarenta yardas de cuerda, y seis yardas de hilo de alfombra.

Cuando se dio la señal, para que yo entrara en el gabinete, me sorprendió encontrar que su puño derecho se negaba a colaborar, aunque una hora antes ella había estado perfecta. Vencí la dificultad entrelazando el puño defectuoso con la cuerda y asegurando las muñecas de la médium con un nudo de arrecife. Para prevenir la manipulación de los dedos, até los dos pulgares con hilo de alfombra usando muchos nudos hasta que corté el hilo y lo anudé. Estas preparaciones me llevaron unos ocho minutos en total.

Poco después de que yo hubiera tomado asiento, la voz de “Albert”, control de la Sra. Duncan, fue oído, pidiendo perdón por estropear el funcionamiento de los puños. ¿Qué le gustaría hacer?, preguntó. Le sugerí que sería notable si la Sra. Duncan fuera liberada.

En un espacio corto de silencio, ello fue, seguramente, no más de tres minutos. Entonces la Sra. Duncan salió del gabinete, totalmente libre

Psychic News, 1932.

Albert Stewart