- Michael Faraday: Las Mesas Giratorias




FARADAY Y LAS MESAS GIRATORIAS



Para el editor de Times:

Sir – Recientemente he estado involucrado en la investigación de las mesas giratorias. Sentiría que usted supusiera que esto es necesario para mí, la conclusión sigue siendo de la misma naturaleza, poco ha cambiado, pero tantas veces se me han reprochado mis opiniones que he esperado hasta tener un experimento fuerte, que me gustaría trasmitir a todas las personas interesadas en la materia. El efecto producido por las mesa giratorias se ha referido a la electricidad, el magnetismo, la atracción, hasta cierto desconocido o no reconocido poder físico capaz de afectar a los cuerpos inanimados – a la revolución del planeta tierra, e incluso a la agencia diabólica o sobrenatural. El filósofo natural puede investigar todas estas causas, pero esto está tan conectado a la credulidad y a la superstición que requiere poca atención por su parte.

Las investigaciones serían demasiado largas para describir en sus columnas. Por lo tanto, pediría la admisión en el próximo sábado en el Atheneum, y proponer ahí el resultado general. Convencidos de que la primera causa asignada – a saber, la cuasi acción involuntaria muscular ( como es el efecto en muchos sujetos o es su deseo o voluntad)- era la verdadera causa, el primer punto a evitar era si había alguna influencia indebida en la mesa, para eso emplearía diferentes sustancia.

Un paquete de láminas que constaba de una de papel de lija, madera prensada, cola, cristal, arcilla plástica, lámina de estaño, cartulina, gutapercha, caucho vulcanizado, madera y cemento resinoso, todo fue atado junto y colocado sobre la mesa, bajo las manos de los asistentes no impidió la transmisión de energía sobre la mesas que se movió exactamente como si no estuviera el paquete de placas, a plena satisfacción de todos los presentes.

El experimento se repitió con diversas sustancias y personas en diversos momentos con el constante éxito y en adelante no se puso objeción para llevar a cabo la construcción de un nuevo aparato con estos materiales.

El siguiente punto fue determinar el lugar y la fuente del movimiento, es decir, si la mesa se movía debajo de la mano, o era la mano quien movía la mesa, para eso indicadores fueron construidos.

Uno de ellos consistía en una palanca ligera, apoyada sobre un cartón encima de la mesa, con en extremo sujeto a él con un alfiler, y con el otro extremo o brazo largo que servía como índice. Es evidente que si el experimentador intentaba mover la mesa hacia la izquierda, antes movería las manos que están colocadas encima del cartón y lo deslizaría sobre la mesa, y el movimiento se vería si uno se fija en el brazo largo del índice. Si las manos involuntariamente se movían hacia la izquierda, también lo haría su punto de apoyo. Si las manos involuntariamente se movían sin la mesa, a la izquierda, el índice iría a la derecha, y si las manos no se movían, el índice quedaría quieto. El resultado fue que estuvo bastante estable cuando la mesa no se movía, sin embargo, había una resultante en la dirección en la que la mesa se deseaba mover, una fuerza que se ejercía bastante involuntariamente por los asistentes. Esta resultante es lo que aparece con el curso del tiempo de espera, mientras que los dedos y las manos se vuelven rígidos y entumecidos e insensibles al aumento de la presión, crece la fuerza de manera suficiente para mover la mesa y las sustancias pesadas sobre ellas. Pero el efecto más importante de este aparato de prueba (que se hizo después más perfecto y sensible en la mesa) es de un poder correctivo sobre la mesa giratoria.

Tan pronto como el índice se coloca delante de los más fervientes y perciben – como en mi presencia se ha hecho – que realmente están presionando un poco o indirectamente, a continuación todos los efectos desaparecen y la mesa deja de girar, incluso deseando el movimiento. No se manifiesta el poder de las manos – el poder se ha ido, y sólo porque las partes se hacen conscientes de que realmente están haciendo un esfuerzo mecánico, por lo que pueden engañarse a sí mismos sin darse cuenta.

Sé que algunos pueden decir que es el cartón que se mueve primero y arrastra la mesa y también a los que ponen las manos. Todo lo que hay que responder es, que el cartón en la práctica es una hoja muy fina de papel que pesa unos pocos gramos o un trozo de cartón, o incluso el extremo de la palanca que es muy fina como la cutícula de los dedos.

A continuación, los resultados que siguen son demasiado absurdos para ser admitidos: la propia mesa se convierte en un estorbo y la persona que tiene los dedos en el aire, ya sea sin tocar o con las puntas en el cartón debería ser colocados en la habitación, pero me abstengo de considerar resultados imaginarios aún cuando no sean filosóficos y si reales.
He sido feliz hasta aquí de cumplir con la honradez y sinceridad, aunque las personas más optimistas, y lo expongo para todos aquellos que de verdad quieran investigar la filosofía del tema, y renuncien a las expectativas, sólo se desea que sean guiados por los hechos y la verdad de la naturaleza.
Como soy incapaz, incluso en la actualidad de responder a todas las cartas que me llegan sobre el asunto, puedo decir que mi aparato puede ser visto en la tienda del fabricante de instrumentos -- Newman, 122, Regent-street.

Permítame antes de concluir, que me siento sorprendido por la revelación del tema puramente físico en la mente del gran público. Sin duda, hay muchas personas que se han formado un juicio justo o una reserva prudente, porque sé de varias comunicaciones que han demostrado que así es, pero en número es casi nada comparado con el gran cuerpo de creyentes y testimonios, como creo, es causa del error. No es una distinción entre las persona que están de acuerdo conmigo y las que piensan diferente. Quiero decir que es rechazable considera la causa y efecto por la electricidad y el magnetismo – pero no se saben nada de las fuerzas o bien de la atracción – aún no se muestran fenómenos puro de atracción o de la rotación de la tierra, como si la Tierra girara alrededor de la pata de la mesa o de alguna fuerza física no conocida, sin preguntarse si las fuerzas conocidas son suficientes o incluso ellos prefieren referirse al diablo o a un agente sobrenatural para explicar la naturaleza de la acción. Creo que el sistema educativo podría ser en cierta medida el responsable de esta importante deficiencia. Señor, su siervo obediente.

M. Faraday.
Royal Institution, 28 de Junio




Respuesta de William Crookes

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Posible reconstrucción del mecanismo:



Me resulta muy complicado encontrar alguna imagen de su aparato así que he decidido con sus explicaciones diseñarlo de nuevo. Se ajusta a su descripción y he probado algunos pequeños modelos que parecen funcionar bien. Añadiré su construcción y algunas variaciones en la sección de Taller y Laboratorio.