Capítulo 7 - Experimento Scole



Capítulo 7
Experimento audio



La mediumnidad en todas sus formas, es un recurso
grosero que tenemos que usar hasta que nuestros
ingenieros perfeccionen un mecanismo que se pueda utilizar
automáticamente.

Esto es posible y sin duda será
el próximo paso después de la televisión.

Os encontráis a breve distancia entre dos extremos:
La aniquilación o la iluminación.

Si el tiempo y el dinero que ahora utilizáis en desarrollar
algunos dispositivos militares los empleaseis para tratar
de reuniros con nosotros, pronto estaríais en disposición de ofrecernos
un instrumento para comunicar con vosotros.

WILLIAN BRANDON (a través de un médium) en el 1935.




Los espíritus guía pidieron al grupo crear una fundación, conocida como New Spiritual Science Foundation, para estudiar la «ciencia espiritual», o bien «la ciencia de la vida y del más allá». Este nuevo campo de investigación ampliaba los parámetros de lo que ordinariamente entendemos por ciencia. Después del nacimiento de la Fundación que tuvo lugar hacia mediados de 1994, y la publicación del primer número de Spiritual Scientist, el grupo se dio cuenta muy pronto de que en el decenio anterior se había dado en todo el mundo un notable ascenso del número de experimentos en el campo de la «comunicación transdimensional». La fundación fue contactada por numerosos investigadores y por organizaciones que trabajaban en este campo. Al parecer, algunos de ellos recibían regularmente transmisiones.

La comunicación transdimensional incluye muchos tipos distintos de fenómenos electrónicos, posibles en estos últimos años por el desarrollo de la tecnología electrónica no sólo en este mundo, sino también en el espiritual, más allá de la notable contribución ofrecida por la llegada de los microchips. Las principales formas de comunicación que actualmente se reciben son: fenómenos vocales electrónicos o metafonía (EVP), imágenes sobre la pantalla del televisor (TPP), mensajes a través del ordenador, radio, fax y llamadas telefónicas por parte de comunicantes fallecidos.

Aunque, hasta comienzos de la experiencia de Scole, los miembros del grupo podían decir que tenían escasos conocimientos de las últimas cinco de estas seis formas anteriores de comunicación, Robin Foy podía presumir de una experiencia de casi veinte años en la investigación de la metafonía, cuando salió el primer número de Spiritual Scientist en el invierno de 1994. Había recibido varios miles de ejemplos de mensajes vocales en una serie de simples magnetófonos —desde palabras sueltas a frases largas, muchas de las cuales eran respuestas directas a las preguntas que él había formulado a los comunicantes—.

La metafonía fue descubierta por primera vez en 1959 por Friedrich Jurgenson —artista sueco, cantante lírico y productor de documentales—. Después, su trabajo fue desarrollado por el profesor alemán Hans Bender, de la universidad de Friburgo. El psicólogo y filósofo letón Konstantin Raudive escribió luego un libro sobre este tema, titulado Voces del más allá. Tuvo tal éxito, que a Raudive se le asoció con estos fenómenos hasta el punto de que, durante un breve período de tiempo, se habló de este fenómeno como de las «voces de Raudive».

En el pasado, Robin tuvo muchos seminarios sobre la metafonía, ayudando a otros a afianzarse en esta técnica. El procedimiento requiere un mínimo de utensilios, además de paciencia y dedicación, y las voces aparecen como «extra» en las cintas grabadas. Las palabras son frecuentemente más rápidas que las de los seres humanos, aunque el estilo y el timbre varían de forma notable. A menudo se manifiestan con un ritmo especial en la cinta, y para aquellos que no tienen familiaridad con este fenómeno, al principio puede ser difícil de captar. Sin embargo, cuando se llegan a oír claramente las voces, en ocasiones después de haber repasado varias veces la cinta, resultan mucho más sencillas de reconocer y de comprender.

Existen informes de fenómenos similares de hace ya muchos años. Tom Sawyer, un visitante de Scole, contó que estaba convencido de que la BBC había interrumpido las transmisiones en la frecuencia de veintiún megaciclos/segundo porque se podían oír las voces de los espíritus cuando eran grabadas las transmisiones radiofónicas.

Robin siguió contándonos de forma más detallada otro progreso observado en el interior del grupo: una comunicación recíproca y audible entre las dimensiones, utilizando un equipo moderno. Ésta se había llamado «transdimensional» o CTD, por sugerencia de los guías. Utilizando esta técnica, el grupo fue capaz de llevar a cabo conversaciones con seres de otras dimensiones y de grabar en un simple y económico magnetofón alimentado por baterías.

El día de san Valentín de 1996, desde el magnetofón que utilizaba normalmente el grupo para difundir la música de fondo durante una sesión experimental, comenzaron a salir chirridos y ruidos extraños. Al principio creyeron que el magnetófono se estaba estropeando. Pero una de las guías les dijo que, en realidad, aquella era una nueva forma de comunicación que estaban experimentando. A Robin le pidieron que bajara completamente el volumen para eliminar la música, pero lo interesante es que «los ruidos extraños» no disminuyeron de volumen. Los miembros del grupo se dieron cuenta gradualmente de que estaban oyendo palabras, aunque parcialmente imperceptibles en esta primera ocasión.

Algunos meses después, la técnica fue desarrollada durante uno de los seminarios del grupo. Los guías habían pedido que llevasen un simple magnetofón de baterías del que se había extraído el micrófono. Después de alguna crepitación y silbidos, una voz murmuró: «Hola» a través del amplificador. Alentada por los miembros del grupo, la voz se hizo gradualmente más seguida. Continuó entonces una breve conversación. La comunicante se dirigió por el nombre a uno de los presentes y siguió hablando de las múltiples posibilidades de esta forma de comunicación. El grupo fue informado luego de que el microcircuito integrado al silicio en el magnetófono era el «punto de ingreso» para este contacto.

Poco tiempo después, el experimento fue repetido durante un seminario en el que participaba una delegación alemana. Esta vez la voz femenina que salía del amplificador saludó a todos en voz alta y clara con un «Guten Abend». Los guías dijeron que la comunicante transdimensional era una fräulein (señorita) alemana. Dijo su nombre y pronunció varias frases en aquella lengua. Según los delgados alemanes presentes no había rastro de acento extranjero en las palabras pronunciadas. Estaban bastante convencidos de que esta comunicante era realmente de origen alemán.

Durante un seminario realizado a finales de verano de 1997, el énfasis se puso nuevamente en esta nueva forma de comunicación. Uno de los delegados invitados, Tom Sawyer, accionó el magnetofón y se oyó rápidamente una voz. Se bajó la música para que todos pudieran oír mejor la voz. El comunicante preguntó: «¿Eres tú, Tom?». Reconociendo la voz de su suegro, muerto menos de un año antes, Tom respondió rápidamente. Durante algunos minutos, tuvieron los dos una conversación privada.


El dispositivo de recepción al germanio

La comunicación transpersonal se ha logrado utilizando un simple magnetófono. Sin embargo, se le pidió muy pronto al grupo construir otro instrumento, un «dispositivo de recepción al germanio» para utilizarlo junto con el magnetofón. El dispositivo estaba dotado de una sustancia cristalina conocida como germanio. Además de ser un semiconductor, esta sustancia está también clasificada como metal semi-raro. El dispositivo es conectado al enchufe de ingreso del micrófono del magnetofón.

Al principio, los espíritus guía tuvieron varios problemas para lograr una comunicación satisfactoria, pero dijeron: «Cuando os deis cuenta de los resultados, creemos que no podréis por menos que admitir que hemos hecho progresos espectaculares». Con sorpresa, notaron los miembros del grupo que la utilización del dispositivo de recepción conectado al magnetofón, permitía una comunicación clara con una serie de «personalidades» de las que se pensaba que estaban en dimensiones lejanas, o bien que no procedían del mundo espiritual tal como nosotros lo entendemos. Los guías explicaron al grupo que algunas dimensiones estaban tan alejadas de la nuestra, que jamás se había previsto, ni siquiera por parte de muchas almas evolucionadas del mundo espiritual, que sería posible una forma cualquiera de comunicación directa.

Vimos por primera vez el dispositivo de recepción al germanio en Lyng. A todos los presentes se les pidió reunirse en torno a la mesa que se encontraba en la sala en que se desarrollaba el seminario. En la mesa estaba apoyada una caja de cristal rectangular con la base de madera.



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(Foto añadida por esta web, no pertenece al libro)


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(Foto añadida por esta web, no pertenece al libro – En esta época los cilindros laterales no estaban en el montaje, se añadirían después)



«Esta caja la llamábamos la pecera», explicó Alan. «Durante los experimentos muchos huéspedes han visto a las luces atravesar sus paredes de cristal». Dentro de la caja, colocado sobre una base de madera estaba el dispositivo de recepción. Alan nos explicó que durante los experimentos no se quedaba en la pecera, sino que ésta servía sólo para protegerlo cuando no se utilizaba. «¡Parece un chisme raro, pero os aseguro que funciona!», se rió.

Nos enteramos de que, durante los primeros experimentos con este dispositivo, científicos e investigadores habían trabajado en estrecha relación con el grupo. En las fases iniciales del experimento los guías pidieron al grupo que comprobaba que los cristales de la brújula que se encontraba sobre la mesa, estuvieran dirigidos hacia los cuatro puntos cardinales. El grupo oyó muchas veces a los espíritus técnicos moverse en torno a la mesa donde se encontraban el dispositivo de recepción y la grabadora; regulaban los aparatos y realineaban los cristales magnetizados continuamente. Esto movió al grupo a creer que los cristales desarrollaban una parte muy importante en el fenómeno de la Comunicación Transdimensional (CTD), un hecho que luego fue confirmado por los espíritus guía.

A medida que progresaban los experimentos, el grupo comenzó a recibir señales muy raras utilizando el dispositivo de recepción al germanio. Fueron informados de que estas señales contenían una enorme cantidad de noticias que resultarían útiles para la humanidad. Las señales recordaban un poco el ruido que hace un módem del ordenador cuando se descargan los datos. Durante el seminario, los miembros del grupo dijeron que esperaban instrucciones de los comunicantes sobre cómo decodificar las señales.

El grupo explicó que los espíritus guía hacían retroceder  constantemente las barreras de la ciencia espiritual con el trabajo pionero de comunicación transdimensional. Nos dijeron que se había decidido una red de comunicaciones entre las innumerables dimensiones, incluida la nuestra. Una vez establecida, la red, daría a la humanidad un acceso permanente a las «lejanas dimensiones del otro lado del mundo espiritual».

Esto no significaba, sin embargo, que construyendo simplemente un dispositivo de recepción al germanio cualquiera pudiera obtener rápidamente una comunicación transdimensional. El proceso parecía implicar la creación de condiciones adecuadas dentro de un grupo experimental y la colaboración con guías espirituales. Para otros grupos podría implicar el empleo de aparatos distintos de los utilizados en Scole, o hasta una tecnología completamente distinta. El GES no decidió conscientemente adoptar este tipo de experimentación. La motivación vino de los guías espirituales.

Durante los primeros experimentos con la CTD, el grupo había continuado, con el único método que conocía, en la misma línea que Robin Foy había seguido durante muchos años. Después, el 14 de septiembre de 1996, durante la duodécima sesión con los investigadores científicos, el espíritu científico Joseph se manifestó y preguntó al grupo si podría conseguir germanio. El profesor Ellison estaba presente y explicó a todos que el germanio era un semiconductor utilizado en los «microprocesadores integrados» antes de la llegada del silicio. Joseph preguntó pues si era posible conseguir una pequeña cantidad. Arthur Ellison respondió que lo intentaría.


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(Foto añadida por esta web, no pertenece al libro- Germanio)



Mas tarde, durante la misma sesión, después de una exhibición de luces, preguntó Joseph de improviso: ¿Alguien ha hablado del revelador?

Nadie lo había hecho. ¿De qué se trataba? El profesor Ellison explicó al grupo que el dispositivo había sido inventado por Sir Oliver Lodge y utilizado en los aparatos radiofónicos, antes de cristales como el germanio y el silicio, pero con el mismo fin, o también como semiconductor. El profesor dijo también que un revelador era utilizado en conexión con las ondas (electromagnéticas) de radio. Cuando las ondas atraviesan el revelador, partes de este último se unen, conducen y corrigen.

Joseph continuó el tema del germanio, explicando que era suficiente, con lo que bastaba para cubrir una uña. Esto dio lugar a un dialogo interesante que llevaría a una nueva fase de experimentación en la comunicación transdimensional.

Arthur: «Si conseguís hacer cosas con un cristal de germanio, la producción de voz electrónica podría ser posible».

Joseph: «Exacto, podría ser así».

Arthur: «¿Es tal vez esto el producto final?»

Señora Bradshaw: «No eches por tierra la sorpresa, Arthur. Deja a un lado la lógica. Espera y verás».

Joseph: «Es muy interesante ver cómo las cosas tienen correspondencia en otras dimensiones. Lo que vosotros definís "campos eléctricos", "energías eléctricas", "energía magnética", tienen correspondencias en otra dimensiones...».

Arthur: «Si conseguís apartar un trocito de germanio y comprimirlo en cierto modo, podréis producir descargas eléctricas que podrían ser utilizadas para hablar, una vez amplificadas y filtradas por un altavoz».

Joseph:«Sí, lo sabemos. (risas) ¡Lo hemos hecho!».


En la siguiente sesión, 9 de Noviembre de 1996, el profesor Ellison llevó una pequeña cantidad de germanio que fue puesta en un plato y colocada encima de la mesa de la bodega. Se ocupó de ella un espíritu científico, diciendo, sin embargo, que estaba transmitiendo mensajes más que hablar por conocimientos adquiridos. En respuesta a la pregunta del profesor Ellison, de si el silicio habría podido sustituir al germanio, el espíritu científico respondió enseguida que no, explicando que el germanio tenía propiedades especiales adecuadas para intensificar la comunicación. Sin embargo, subrayó que la naturaleza de esta comunicación sería completamente distinta: «Un tipo de comunicación que pensamos que nunca se ha intentado ni realizado hasta ahora, voces de otras zonas o dimensiones de la vida... pero no necesariamente del más allá como vosotros lo entendéis»..

Los miembros del grupo de Scole encontraron fascinante esta conversación, en cuanto que se relacionaba con algunas sesiones anteriores en las que una entidad, manifestándose hacía poco a través de un médium en trance, había explicado que no estaba familiarizada con el ambiente físico de la tierra. Era bastante claro que el comunicante no había vivido nunca en nuestro planeta. Comúnmente, la mayor parte de los comunicantes se sentía bastante «en su salsa» cuando se comunicaba con el grupo. Sin embargo, este «ser» especial parecía tener dificultad para comprender el tiempo, la luz y los colores. También parecía confundir la fisiología humana. El grupo subrayó que usaba el pronombre «el» de forma inexacta porque el sexo era incierto. Este comunicante había dicho que dimensiones «lejanas» trataban de comunicar con el grupo. El grupo se emocionó por eso muchísimo cuando los guías comenzaron a dar instrucciones sobre como construir el aparato que permitiría la realización de la prometida comunicación transdimensional.

Aparentemente, estas comunicaciones crearon «conexiones transdimensionales» o puentes, permitiendo establecer «cadenas». Estas últimas permanecieron luego in situ para permitir que las usaran otros comunicantes. El espíritu científico dijo que esperaban poder transmitir los mensajes a través del germanio «utilizándolo como punto focal, pero no sólo de este modo». Los experimentadores aprendieron por los guías que no tendrían que actuar con las ondas electromagnéticas, sino más bien con puras vibraciones espirituales. En otras palabras, quedó explicado de forma muy clara que el grupo y los investigadores no debían pensar en términos de ondas de radio, las cuales, naturalmente, forman parte del espectro electromagnético.

Después de haber confirmado que la recepción por radio no sería el medio de comunicación, el espíritu científico continuó hablando —refiriéndose aparentemente a otro comunicante— del dispositivo para recibir las «vibraciones espirituales».


Espíritu científico: «Alguno ya se ha ofrecido a construir pequeños dispositivos... será necesario encontrar algo que contenga el germanio».

Robin: «De acuerdo».

Espíritu científico: «Si he comprendido bien le ha hecho referencia a un efecto piezo, [del griego: premere]».

Arthur: «Sí».

Espíritu científico: «Quiere que coloquéis el germanio y que apliquéis un cierto grado de presión, una presión constante entre dos vástagos roscados. Estos pueden ser utilizados como terminaciones».

Arthur: «Está bien. ¿Las extremidades que tocan el germanio deben ser puntiagudas o aplastadas?».

Espíritu científico: «Una aplastada y otra puntiaguda».

Arthur: «¿Como un aparato de radio de cristales?».

Espíritu científico: «Hay una cierta polaridad implicada».

Arthur: «Sí, cuando las ondas de radio la golpean son rectificadas, por tanto se pueden oír».

Espíritu científico: «Bien, no sé si podemos rectificar algo, porque de momento no veo la necesidad».

Arthur: «Rectificar significa sacar, excluir una parte de la onda; no significa poner algo en su sitio».

Espíritu científico: «Muy bien. Robin, quisiera pedirte... si puedes montar el cristal, como se ha sugerido».

Robin: «Sí, lo haré».


Después el espíritu científico pidió que llevaran a la bodega un aparato para amplificar la transmisión.

Arthur: «¿Con un micrófono o un altavoz?».

Espíritu científico: «No, no creo. No, no un micrófono, basta una entrada de audio, pero con una impedancia relativamente alta».

Arthur: «Sí, he comprendido».

Espíritu científico: «El beneficio no debe ser significativo».

Arthur: «El beneficio es la relación en el tiempo entre las frecuencias en salida y en entrada».

Espíritu científico: «... las dos terminaciones sobre el germanio serán utilizadas como una entrada».

Arthur: «Sí, he comprendido».

Espíritu científico: «Esperamos que las frecuencias en salida se lleguen a oír».

Arthur: «Será un pequeño altavoz».

Espíritu científico: «Sí, ahora estamos hablando de voltaje. Tenemos alguna perplejidad en relación a la cantidad de electricidad. ¿Es posible tener un voltaje bajo?».

Arthur: «Creo que no hay problema».

Espíritu científico: «... desgraciadamente no podréis utilizar ningún otro aparato eléctrico».

Robin: «De acuerdo».

El profesor Ellison concluyó que a los guías les era necesaria una amplificación que operase sobre un voltaje extremadamente bajo, milivoltios para ser precisos. Un diálogo posterior en relación a los aspectos técnicos del experimento dejó perplejo al profesor Ellison cuando consideró los aparatos y las técnicas sugeridas «completamente obsoletas». Como el profesor  Fontana asistía a una sesión especial dos días después (el 11 de noviembre), Ellison le pidió plantear la cuestión.

Durante la siguiente sesión, el profesor Fontana habló de la perplejidad de Ellison, preguntando si era posible sustituir el rectificador al germanio con un diodo al silicio. Joseph fue inflexible sobre el hecho de que no se trataba de un rectificador y que no debía entenderse en absoluto en ese sentido. Él y otros guías espirituales destacaron que el germanio era necesario porque tenía cualidades espirituales y curativas. Explicaron también que el dispositivo propuesto no era fundamental para los efectos deseados, sino útil, más o menos como la función de la cúpula de vidrio sobre la mesa. El profesor Fontana se refirió al problema de la fragilidad del germanio y preguntó si era necesaria la presión a partir de un tornillo puntiagudo. Joseph respondió que no debía ser demasiado puntiagudo y subrayó que no debían pensar en términos de «bigote de gato» o de transformadores.

Los investigadores pensaron que el nivel de conocimientos técnicos demostrado por los guías espirituales durante las conversaciones, en relación al dispositivo de recepción al germanio, no podía reducirse a las normales nociones de los miembros del grupo. En el informe se observa que, después de las peticiones espontáneas planteadas por un profesor de ingeniería electrónica, a través de los médium se habían dado respuestas inmediatas y pormenorizadas de carácter técnico.

Después de haber recibido las informaciones del doctor Fontana, el doctor Ellison dio consejos al GES para construir el dispositivo al germanio. Sugirió utilizar un conductor puntiagudo para apoyarlo ligeramente sobre el metal, en torno al cual se puso una pequeña estructura aislante, con hilos de cobre, para crear las conexiones en la parte inferior del germanio, mientras el tornillo de acero puntiagudo se apoyaba sobre la parte superior. Ellison estaba preocupado de que el tornillo puntiagudo pudiera romper el germanio al atornillarlo. Para superar este problema, había pensado hacer apoyar el extremo del tornillo en la extremidad de un trocito de hilo retorcido para aumentar la elasticidad. En aquel punto se dio cuenta que estaba reinventando un revelador en cristales, utilizado en los albores de la radiofonía, y proyectando un transformador, que permite a la corriente entrar en una sola dirección. Preguntó a los comunicantes si no sería mejor un moderno diodo al silicio, más flexible. Los guías le informaron de que el dispositivo no debía utilizarse como un diodo, y que debía hacerse exactamente según lo descrito. Debajo del germanio fue colocado por tanto un trozo de goma para dotarlo de la necesaria elasticidad.

A pesar de las continuas reservas del profesor Ellison en relación a la validez del dispositivo al germanio como instrumento de comunicación, el aparato estuvo a punto para la sesión del 3 de Enero de 1997, una vez construido por el grupo bajo su supervisión. En esta ocasión el profesor Ellison llevó una caja que contenía un amplificador con una grabadora incorporada —aparato construido por uno de sus estudiantes— Conectó esta caja con el dispositivo al germanio, que fue denominado «dispositivo de recepción por el germanio».

El dispositivo final, en realidad, era más bien pequeño —unos 6 cm por 3— con un cable que lo conectaba con la entrada del amplificador (ver figura 2 del Apéndice 2). El amplificador tenía incorporada una grabadora que permitía establecer las grabaciones directamente desde la fuente (el germanio). Como no había ningún micrófono conectado sería grabada sólo la comunicación, no las voces de los que estaban presentes en el experimento. Sin embargo, había una salida para un altavoz, de modo que cualquier sonido de salida pudiera ser oído. Toda la sesión, naturalmente, fue grabada en un magnetófono separado, que permitió obtener informaciones importantes para relacionarlas con la comunicación transdimensional obtenida mediante el dispositivo de recepción al germanio.


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(Foto añadida por esta web, no pertenece al libro)




La tarde del 3 de enero, se unió al grupo el profesor Bernard Carr, un astrofísico, y otros investigadores de la S.P.R. Cuando fue activado el dispositivo, con el mando del volumen al máximo, como estaba previsto, no se oyó sonido alguno. Sin embargo, cuando los espíritus científicos comenzaron el experimento, de los altavoces llegaron crepitaciones y golpes, algo así como descargas eléctricas. Se produjo también un sonido similar al de un tren de vapor que acelera en una estación, y finalmente el sonido violento parecido al ruido blanco. Al preguntarle, el profesor Ellison explicó al grupo que este ruido blanco era el sonido que se puede oír a veces entre una estación radiofónica y otra. Ellison y Carr se quedaron especialmente fascinados por la fuente del ruido, manteniendo que no había una explicación normal que pudiese justificarla. El profesor Fontana y otros de los presentes, contaron haber oído también «murmullos».

En aquél punto intervino Edwin. Destacó el hecho de que los espíritus guía estaban todavía en una fase exploratoria, pero estaban seguros de que la combinación amplificador/germanio daría pronto resultados positivos, es decir, una comunicación clara. Edwin sostiene también que al final sería posible comunicar exclusivamente mediante la tecnología sin la utilización de médium humanos. Son muy pocas las personas que muestran un interés o una disposición para la mediumnidad, por tanto esto significaría que muchas más personas podrían recibir comunicaciones transdimensionales.

En esta fase estaba claro que los intentos de comunicar de los guías eran más bien difíciles. Aunque hubo murmullos, silbidos, e incluso algunas notas musicales, los comunicantes llegaron a la conclusión de que debía haber algo que no funcionaba en el amplificador. Edwin anunció que llegaría muy pronto un mensaje relacionado con esta dificultad. De forma más bien intrigante, dijo que el mensaje podría tomar la forma de un dibujo grabado en una de las películas que se utilizase en la siguiente sesión del 11 de enero.

Durante esta sesión estaba presente Ingrid Slack, psicóloga de la Open University. Había dos películas (Kodacrome 200 35nn, 36 fotos), y dos cajas de seguridad. La primera fue denominada «la caja de Alan», porque había sido hecha por el médium del grupo. Los investigadores pensaron que esta caja podría sacarse, dado que estaban a la vista los frentes de los broches. Para superar este problema potencial, los investigadores pidieron al grupo sellar los frentes con un barniz. Estaban convencidos de que el barniz se rompería en caso que se intentara abrir la caja, sacando el portacandado para levantar la tapa. Se actuó de acuerdo con lo sugerido y el resultado se consideró satisfactorio por los investigadores. El segundo contenedor de seguridad fue denominado caja de «Keen» dado que había sido construido bajo la dirección de Montague Keen y no presentaba broches a la vista.

Antes del experimento el profesor Fontana e Ingrid Slack sacaron dos películas de la preparación y colocaron los cartuchos negros cerrados, con las películas, en las cajas de Alan y Keen. Sin que nadie lo supiera, habían puesto contraseñas en los cartuchos. Los investigadores cerraron luego las tapas, mientras Montague Keen cerró el candado de las dos cajas. El profesor Fontana guardó la caja de Alan, que tenía una cerradura de números combinados; Ingrid Slack la de Keen, que estaba cerrada con un candado. Solo Montague Keen conocía el número de la combinación de la caja de Alan, y conservó también las llaves de la otra caja. Las cajas fueron llevadas después a la bodega por el profesor Fontana y por Engrid Slack y colocadas encima de la mesa redonda junto al lugar donde se sentaron.

Inmediatamente después de la sesión, Montague Keen abrió las dos cajas. El profesor Fontana e Ingrid Slack controlaron las contraseñas sobre los estuches, que luego pusieron en dos sobres separados. Ingrid puso contraseña exterior en el sobre que contenía «su» cartucho, para distinguirlo del de la caja guardada por el profesor Fontana. Selló cada uno de los sobres con lacre, sobre el cual imprimió la señal de su anillo. Repitió la operación del lacre en una hoja de papel separado, de modo que la persona que abriera los sobres pudiera darse cuenta de que los sellos no habían sido rotos y que la marca del anillo sobre el lacre se correspondía a la de la hoja de papel.

A la mañana siguiente Montague Keen envió un mensaje, vía fax, a Ralf Noyes entonces secretario honorario de la S.P.R., para tener una confirmación fechada de los hechos arriba mencionados, y sobre todo de las previsiones hechas por los comunicantes. La parte más importante dice:

Los comunicantes han expresado claramente su intención de conectar el mensaje de las películas con los acontecimientos de aquella tarde, y específicamente con los problemas del dispositivo electrónico, incluyendo posiblemente un diagrama, un mensaje o una petición dirigida al profesor Ellison, o que lo habría implicado. Esta había sido la respuesta a mi petición, hecha en una sesión anterior, de tener una conexión fidedigna.


Montague Keen actuó de tal manera que las dos películas fueran rápidamente reveladas en los laboratorios Kodak de Wimbledon, donde el director de la película, David Cobb, inspeccionó los sellos y comprobó que no habían sido rotos ni manipulados. Comprobó también que se correspondían con los impresos en la hoja de papel, por eso firmó el documento de autenticidad. Antes de que Montague Keen volviera a retirar los resultados, Ingrid Slack telefoneó al señor Cobb para saber si había algo en las películas. Esta fue una precaución ulterior, acordada anteriormente, para garantizar que Montague Keen no pudiera ser acusado de haber sustituido la película original por una falsificada.(Da la impresión de que los investigadores se controlaban recíprocamente).

En una de las películas, en la sección central de rollo de 1 metro de largo, había un diagrama eléctrico (ver fotos 36 y 37 de la serie), junto a un mensaje escrito de forma clara, bajo el cual aparecían iniciales que podrían ser «FOX». El mensaje se refería al diagrama, y presentaba una palabra breve sobre la que había sido trazada una línea (que aquí indicamos como «xxx»).


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Foto 36


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Foto 37



A representa el germanio, B y C las bobinas de alta resistencia.
Siendo el total, xxx encerrado en la caja.
Esto podría ayudar [¿la recepción?] de modo notable.

Sobre el extremo derecho de la película había otras iniciales: «TAE».


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Durante la misma sesión, aquella en que fue recibida esta película, los experimentos con el dispositivo al germanio continuaron y los guías aportaron muchos cambios durante la tarde.

Después de continuos intentos de comunicar mediante el dispositivo, estuvo claro que los guías estaban tratando de mejorar la recepción y de eliminar los defectos. Edwin explicó que se había establecido un contacto, y pidió a Robin, que tenía la mano sobre el amplificador —para regular el volumen según se lo pidieran— oprimir la tecla para la grabación. Robin lo hizo pero, a pesar de los estímulos y el sonido de una voz, Edwin tuvo que informar a la entidad comunicante —cuyo nombre era tal vez Thomas y que, al parecer estaba dentro del dispositivo de comunicación transpersonal que ninguno en la bodega lograba oírlo bien.

Robin elevó el volumen, la señora Bradshaw anunció entonces que Thomas haría otro intento. Sin embargo cada vez que Robin oprimía la tecla de grabación, ésta saltaba hacia atrás. Edwin, que parecía dispuesto a oír a Thomas y sus problemas de modo claro, le aseguró que su mensaje había sido recibido por aquellos que se encontraban en el reino espiritual, y que tendríamos algo escrito en la película por el profesor Ellison.


Los miembros del grupo de Scole hicieron este comentario:

Según lo previsto, recibimos realmente importantes informaciones sobre la película y durante la misma sesión hubo un extraño intento de comunicación por parte de «Thomas». De lo que los guías habían dicho, parecía que él estaba dentro del dispositivo. Estábamos fascinados con la idea de que Thomas estuviera tratando de crear una conexión en una cadena de comunicación, y que no procedía del mismo «lugar» de nuestros comunicantes normales, como la señora Bradshaw y Edwin. Ellos lograban oírlo, pero nosotros no, y este fue el motivo de todas las modificaciones e instrucciones en la película. En un segundo tiempo se nos ocurrió pensar que el Thomas en el dispositivo fuese el TAE de la película. Durante su vida en la tierra, había sido un famoso científico e inventor.

La película mostraba el dispositivo al germanio y las conexiones con el amplificador, pero más allá de esto, al circuito se le habían añadido dos bobinas. El texto explicaba cómo se conectaban las bobinas y su disposición respecto al germanio. Una vez más el GES se sirvió de la colaboración del profesor Ellison, que le ayudó a encontrar los componentes necesarios.

Durante la siguiente sesión, los guías explicaron que había habido una interacción o «efecto» entre el cristal de germanio y las bobinas. La relativa cercanía de las bobinas y su polaridad eran factores importantes en la recepción de las comunicaciones. Una bobina produce en torno a sí un campo electromagnético; este campo tiene una dirección y también una polaridad, o bien los polos norte y sur (ver figura 3 del Apéndice 2).


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(Foto añadida por esta web, no pertenece al libro – Campo magnético generado por una bobina)


El grupo explicó el concepto de una manera más profunda:


Justo para confundir las ideas, se recuerda que en este caso no estamos hablando de campos electromagnéticos sino de campos o  modelos energéticos. Esto obviamente puede dar lugar a alguna incomprensión sobre la naturaleza de la comunicación, porque trasciende nuestros actuales conocimientos. Sabíamos muy poco de la tecnología de la nueva ciencia espiritual, por tanto habíamos tratado de estar abiertos a las nuevas ideas. En consecuencia estábamos dispuestos a ser guiados, paso a paso, por los guías.

Ellos nos explicaron que estos campos energéticos, asociados a las bobinas, actuaban más o menos como sus contrapartidas electromagnéticas, en cuanto se refiere a la dirección y a la polaridad. Se forma un vacío en el punto en que los dos campos en torno a las bobinas se rechazan recíprocamente. Probablemente, todos recuerdan los intentos, durante las lecciones de física en el colegio, para atraer dos imanes donde dos polos negativo y positivo se rechazaban. Este vacío se nos describió como «espacio de energías en movimiento». Es en este vacío donde se encuentra el germanio, en otras palabras, exactamente en la intersección de los campos opuestos (ver figura 2 del Apéndice 2), donde puede reemplazarse  y absorber las fluctuaciones de la energía. Estas variaciones determinan la interacción o efecto que viene sobre el cristal de germanio, y es esto lo que abre la conexión hacia dimensiones lejanas. Podemos por tanto imaginar el vacío como un paso que lleva a otras dimensiones de existencia, y el germanio es la clave que abre esta puerta.


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(Foto añadida por esta web, no pertenece al libro – Campo magnético generado por dos bobinas, los campos magnéticos se anulan, pero es necesario que la corriente circule en sentidos opuestos por las bobinas, y en el montaje de Scole no sucede así, así que esto es una idea de lo que podría suceder con esa extraña energía a la que se refiere. Aunque en el negativo fotográfico parece intuirse que es como pienso, que los cables de las bobinas van cruzadas y en los planos del final de esta entrada verán como no se muestran cruzadas, posiblemente sea para que el dibujo quede más claro pero intuyo que no es como se conectó verdaderamente los cables)



Aunque los investigadores temieron que las indicaciones contenidas en la película, probablemente habrían atenuado (debilitado con la distancia) más que reforzado cualquier señal —se valían de las leyes normales de la física— sin embargo, el profesor Ellison cambió el dispositivo de recepción al germanio en base a las instrucciones contenidas en la película, añadiendo las bobinas.

Fue durante el fin de semana del 18/19 de enero de 1997 cuando Walter y Karin Schittger visitaron el grupo de Scole. Walter que, como tal vez recordareis, es un ingeniero, explicó al grupo cómo unir de manera correcta los hilos. Una vez cambiado el dispositivo de recepción al germanio y superadas algunas dificultades menores con el amplificador, todos estuvieron preparados para continuar los experimentos. No tuvieron que esperar mucho para un resultado espectacular.

En la sesión del 21 de enero se oyeron los primeros ruidos ya familiares: crepitaciones, chasquidos y ruido blanco. Los miembros del grupo afinaron al máximo el oído, arriesgando hasta codearse el uno con el otro para acercarse lo más posible al altavoz. Luego, de improviso, se oyó una voz débil que decía: «hola».

«Podéis imaginar la excitación a medida que la voz se hacía más clara», contaron los miembros del grupo: «Era la voz de un hombre. Estaba claro que trataba de hacerse oír.  Seguía repitiendo: "Hola, ¿conseguís oírme? Hola, ¿conseguís oírme?"».


Al fin lo consiguió:


Continuaré esta transmisión con la esperanza de que consigáis oírme de forma clara. Comprenderéis muy bien, amigos míos, que tenemos algunas dificultades, pero estamos seguros de que lograremos superarlas. Sin embargo, tenemos la impresión de haber hecho notables progresos respecto al último intento de comunicación con vosotros. Trabajamos en un sistema de comunicación experimental desde hace algún tiempo, y es este sistema el que estamos utilizando en estos momentos. Os deseamos que en el futuro el sistema nos permita comunicar con dimensiones lejanas, y si todo discurre según lo planeado, formareis parte vosotros de estos experimentos. Repetiré lo que he dicho y espero que consigáis oír esta comunicación.

Seguiremos aquí todavía un poco, por tanto estad atentos.

La comunicación se interrumpe durante algunos segundos, después continua haciéndose más clara:

En el próximo futuro se harán muchos intentos de comunicar con vosotros de esta manera. Aquí hay muchas personas que, como yo, tienen la sensación de que este trabajo es de la máxima importancia para el género humano, y en consecuencia están dispuestos a poner el máximo en estos experimentos.

Gracias, queridos amigos, gracias por haber colaborado con nosotros y habernos regalado este momento de vuestro tiempo.

Que la paz esté con vosotros.

Que Dios os bendiga.

En este punto termina la comunicación, después de durar cerca de 20 minutos. Todo había sido grabado en la cinta. Una piedra fundamental en la comunicación transdimensional.

Siguieron ulteriores debates con los comunicantes sobre el tema de las conexiones interdimensionales. Una conversación muy interesante se refirió al uso de los semiconductores por parte del hombre. (Como sabemos, el germanio y el silicio son semiconductores). La discusión permitió profundizar en lo relacionado con el uso de otros materiales en el futuro, como el carburo. Los guías dijeron al grupo que las posibilidades eran casi ilimitadas, en las circunstancias adecuadas. Explicaron como mejor pudieron por qué los semiconductores desempeñarían un papel importante en los futuros experimentos, y cómo se realizarían algunas conexiones entre las dimensiones.

Por sugerencias de los guías, el grupo realizó numerosos experimentos sin el dispositivo al germanio conectado al amplificador. Este cambio permitía aparentemente algunas comunicaciones, pero sólo con dimensiones «cercanas». Miembros de la Society for Psychical Research fueron testigos de algunas comunicaciones recíprocas desarrolladas en experimentos sin el germanio, y que fueron grabadas en cinta.

Los guías explicaron que las dimensiones «más cercanas», como el mundo espiritual vinculado a la tierra, no tenían las mismas dificultades de comunicación. Sin embargo, algunos de los comunicantes de dimensiones lejanas conseguían hablar sólo mediante el dispositivo al germanio, en cuanto que les proporcionaba un canal más claro respecto a los otros métodos. Les ayudaba también a hacerse entender, dado que se daba una especie de traducción. Elemento este fundamental, desde el momento en que algunas de estas entidades no tenían familiaridad con el lenguaje.

Los espíritus guía dijeron también al grupo que en el futuro sería posible recibir mensajes a través del ordenador, fax, teléfono y magnetófono. Al parecer, cualquier tipo de aparato electrónico se presta a una posible interacción, incluso la televisión y las videograbadoras. El grupo fue informado de que muy pronto recibirían una prueba en apoyo de esta previsión pero, para llegar a este punto tendrían que trabajar en sesiones cerradas —sólo ellos cuatro— en los experimentos de comunicación transdimensional. Los guías explicaron que querían trabajar con el fin de establecer conexiones con dimensiones lejanas, y era mejor que estuvieran presentes sólo las cuatro energías familiares durante la que consideraban «la serie de experimentos más difíciles que jamás hemos intentado hasta ahora».

El doctor Ernst Senkowski entró a formar parte del experimento de Scole en 1995. Había estudiado física experimental en la universidad de Hamburgo en 1946, y conseguido el doctorado en la universidad de Mainz en 1958. Para la UNESCO había trabajado como físico en el National Research Centre de El Cairo, en Egipto, antes de obtener la cátedra de física y electrónica en 1961. Hacia mediados de los años 70, inició sus propios experimentos con las voces «paranormales» grabadas en cinta. Después de algunos meses, los resultados «mostraron la realidad de contactos audibles con los llamados "difuntos"». Después de haber logrado estos resultados independientes, descubrió que otros como Jurgenson y Raudive, habían hecho observaciones similares. Se jubiló en 1998.

A la luz de lo dicho, pensamos que el doctor Senkowski fue una especie de testigo competente en relación al experimento de Scole. En Noviembre de 1998, nos envió un resumen de su experiencia, junto con otras importantes informaciones.

Opiniones – DOCTOR ERNST SENKOWSKI

Mi mujer y yo tuvimos la oportunidad de asistir a dos sesiones del GES en 1995 y en 1996.

Mis observaciones, así como los sucesivos informes de mis colegas, los Schnittger, me convencieron de lo genuino de los fenómenos. Consideré una serie de estos fenómenos como anomalías físicas que no podían someterse al actual paradigma científico. Sin embargo, es posible integrar estos (y otros) fenómenos «paranormales» en más amplios sistemas que nacen de los resultados de la moderna investigación sobre la conciencia, de modo especial las interacciones entre mente y materia.

Las siguientes consideraciones se fundan en mi experiencia de 20 años en el campo menos conocido de la transcomunicación instrumental o TCS [el doctor Senkowski acuñó este término en los años 70 para describir «contactos con otros niveles de conciencia humana, comprendido el "más allá"», realizado con soportes electrónicos].

Dada la visión más amplia de la naturaleza de las leyes que gobiernan el universo, los innumerables fenómenos de Scole podrían ampliar nuestra perspectiva perennemente limitada de la vida y tal vez, un día, ser considerados bastante normales.

En el curso de la historia, los «médiums» en estado de «trance» han transmitido «transinformaciones» y llevado a cabo «transcomunicaciones» a través del diálogo o la escritura automática. A partir de los años 50, se han utilizado en este campo todo tipo de aparatos electrónicos (grabadoras, videograbadoras, radio, teléfonos, televisiones, ordenadores). Cada uno de estos aparatos constituye el anillo final de una hipotética cadena de traducción. Han transmitido mensajes desde lugares desconocidos hasta nuestra dimensión, y admitido diálogos con «transpartner virtuales», «transcompañeros virtuales» o «comunicantes» de otra manera ocultos.

Contrariamente a los dispositivos de telecomunicación que cualquiera es capaz de hacer funcionar, la transcomunicación parece estar sujeta a las facultades psíquicas del operador (y tal vez a otros factores menos obvios).

A pesar de las extraordinarias observaciones recogidas por individuos aislados, —comprendido el GES— no se ha llevado a cabo ninguna verificación científica «oficial» sobre la TCS en condiciones de laboratorio. Quedan todavía pendientes muchas cuestiones. Sin embargo, los resultados de la investigación actual podrían hacer que nos acercásemos a respuestas significativas.

La experiencia de Scole se presenta como una mezcla de transcomunicación mediúmnica e instrumental, unilateral y reciproca. Otros fenómenos extraordinarios se han manifestado y han sido documentados. Estos han producido informaciones menos directas, pero han demostrado la posibilidad de sorprendentes interacciones entre mente y materia.

Creo que se debe hacer una distinción clara entre hechos extraordinarios y su interpretación. Tendremos que evitar también separar las actuales visiones que se excluyen recíprocamente —la materialista y la espiritualista— y considerar por el contrario un cosmos holístico.

La controversia entre materialismo y espiritualismo parece ser una consecuencia de una ruptura histórica en la manera de pensar. Esta ruptura podría superarse desde una nueva perspectiva, como expresó el ilustre psicólogo Stanislaw Groff, quien dijo que la comprensión y la clasificación de los fenómenos paranormales no es aún posible a la luz de una visión del mundo todavía incompleta, en la que pueden encontrarse misticismo, física moderna, neurofisiología, búsqueda de la sabiduría, teoría de la información y teoría de los sistemas.

Por el modo en que se ha expresado el doctor Senkowski parece que se esté desarrollando un vocabulario completamente nuevo para describir estos fenómenos recientes, a la búsqueda de una nueva comprensión de la relación entre mente (consciente e inconsciente), cuerpo y espíritu.

A nosotros nos ha parecido que su aproximación es coherente con muchas de las ideas contenidas en la nueva ciencia espiritual, ciencia que, como dijeron los espíritus guía, será cada vez más aceptada por los científicos y por la gente corriente.


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Planos de la radio de germanio (inglés)


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Planos de la radio de germanio (español)


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