Fenómenos en Epworth

Fenómenos en Epworth


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Fenómenos en Epworth, los disturbios psíquicos en la Vicaría de Epworth fueron en 1716, durante la ocupación del Rev. Samuel Wesley, padre de John Wesley. Durante varios meses fueron atribuidos primeramente a engaños, luego se relacionaron con el diablo, la Sra. Wesley estaba en desacuerdo. Ella lo relacionaba con el destino de su hermano que estuvo al servicio en East India Company y su desapareció, nunca más se supo de él. No se demostró que los golpes fueran causados por un agente desencarnado pero los miembros de la familia, siete hijas, dos de ellas niñas, dieron por sentado después de un tiempo que el "Old Jeffrey" (apodo de las niñas al fantasma) y sus manifestaciones estaban conectadas con Hetty Wesley. Ella se dio cuenta que temblaba fuertemente mientras dormía cuando ocurrían los golpeteos. Los principales disturbios duraron con intervalos unos dos meses, diciembre y enero, 1716-17, y ocasionalmente se produjeron después. El argumento de que todavía se repitieron una generación después se basa en una carta de Emily Wesley escrita el 16 de febrero de 1750, que contenía este pasaje: "Otra cosa maravillosa como lo llamemos, el Viejo Jeffrey. Usted no se ría de mí por mi superstición, si le digo sin duda que algo clama en mi contra, una nueva aflicción extraordinaria, pero por lo poco que se sabe del mundo invisible no puedo juzgar si es un espíritu amistoso o maligno."

Los registros de los fenómenos en su mayoría consisten en cartas familiares y el relato escrito de Samuel Wesley. Los disturbios comenzaron con golpeteos. La Sra. Wesley escribe el 12 de enero de 1717: "Una noche hizo tanto ruido que la habitación que había encima de nuestras cabezas parecía haber varias personas caminando, y luego subiendo y bajando las escaleras, fue tan escandaloso que pensamos que las niñas estarían asustadas, por lo que su padre y yo subimos y bajamos en medio de la obscuridad con una vela. Así como llegamos a la parte inferior de las amplias escaleras, con las manos cogidas, por mi lado parecía como si alguien hubiera vaciado la bolsa de las monedas en mis pies y como si todas las botellas de debajo de las escaleras (que eran muchas) estuvieran hechas mil pedazos en el suelo. Pasamos por la sala de la cocina y cogimos una vela más para ir a ver a las niñas. Les dijimos que el párroco Sr. Hoole vendría esa noche, pero les mentimos, y nos sentamos juntos hasta la una o las dos de la mañana oyendo golpes como de costumbre. A veces los ruidos eran como si estuvieran matando a un gato, en otra ocasión, como aquella noche en la que estaba el Sr. Hoole con nosotras, parecía que había un carpintero cepillando la madera, pero más habitual era que se dieran tres golpes y se paraban y luego tres veces y se paraba y así muchas horas.

Hetty Wesley oyó "algo como un hombre con camisón detrás de ella" bajando las escaleras por detrás, a veces algo con forma de tejón fue visto debajo de la cama. Los ruidos respondieron con golpes y se oían en cualquier parte de la casa. 

Las frases de la familia con los nombres del Rey Jorge y el Príncipe hacían que se agitara. Samuel Wesley trataba de hablar con ellos, pero nunca recibió respuesta, como mucho recibió "dos o tres chirridos débiles, un poco más fuertes que el canto de un pájaro, pero diferente al ruido de las ratas que había oído a menudo".

Nancy Wesley fue una vez levantada de la cama en la que estaba sentada. Ella saltó y dijo que seguro que el Viejo Jeffrey no se la llevará. Ella fue persuadida de sentarse de nuevo en la cama y fue levantada varias veces sucesivamente a una altura considerable. El ruido afecto al perro mastín de la casa. Aterrado se intentó esconder entre la gente de la casa.

Para la historia del caso, véase:

Joseph Priestley:Original Letters by the Rev. John Wesley and his Friends, 1791;
Adam Clarke: Memoirs of the Wesley Family, London, 1823.
Un buen sumario del caso se encuentra en:  The Epworth Phenomena, de Dudley Wright.

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EPWORTH PHENOMENA, the psychic disturbances at Epworth Vicarage in 1716 during its occupancy by the Rev. Samuel Wesley, the father of John Wesley. They lasted for several months and were first attributed to trickery, then to the Devil, Mrs. Wesley disagreeing. She connected it with the fate of her brother who, in the service of the East India Company, disappeared and was never heard of again. It was not proved that the rappings were caused by his discarnate agency, but the members of the family-seven daughters, two of them children-took it for granted after a while that "Old Jeffrey" was concerned in the manifestations which appeared to be mostly connected with Hetty Wesley. She was noticed to tremble strongly in her sleep when the knockings occurred. The main disturbances lasted with intervals for two months, December and January, 1716-17, and broke out occasionally afterwards. The contention that they still recurred a generation later is based on a letter of Emily Wesley, dated February 16, 1750, containing this passage: "Another thing is that wonderful thing called by us Jeffrey. You won't laugh at me for being superstitious if I tell you how certainly that something calls on me against any extraordinary new affliction; but so little is known of the invisible world that I am at least not able to judge whether it be friendly or an evil spirit."

The records of the phenomena mostly consist of family letters and an account written by Samuel Wesley. The disturbances began with knockings. Mrs. Wesley writes on January 12, 1717: "One night it made such a noise in the room over our heads as if several people were walking; then run up and down stairs, and was so outrageous that we thought the children would be frightened, so your father and I rose and went down in the dark to light a candle. Just as we came to the bottom of the broad stairs, having hold of each other, on my side there seemed as if somebody had emptied a bag of money at my feet and on his as if all the bottles under the stairs (which were many) had been dashed into a thousand pieces. We passed through the hall into the kitchen and got a candle and went to see the children. The next night your father would get Mr. Hoole to lie at our house and we all sat together till one or two o'clock in the morning and heard the knocking as usual. Sometimes it would make a noise like the winding up of a jack; at other times, as that night Mr. Hoole was with us, like a carpenter planing deals; but most commonly it knocked three and stopped and then thrice again and so many hours together."

Hetty Wesley heard "something like a man in a loose nightgown trailing after him" coming down the stairs behind her, sometimes a shape like a badger was seen under the bed. The noises answered knock for knock and came in any part of the house. At family prayers at the names of King George and the Prince they became very agitated. Samuel Wesley often tried to speak to them but the only answer he received was "two or three feeble squeaks a little louder than the chirping of a bird, but not like the noise of rats which I have often heard." Nancy Wesley was once lifted up with the bed in which she sat. She leapt down and said that surely old Jeffrey would not run away with her. She was persuaded to sit down again when the bed was lifted several times successively to a considerable height. The noise affected the mastiff of the house. It whimpered in terror and strove to get between the people of the house.

For the history of the case see: Joseph Priestley
Original Letters by the Rev. John Wesley and his Friends,
1791; Adam Clarke: Memoirs of the Wesley Family, London, 1823. A good summary of the case is given in The Epworth Phenomena, by Dudley Wright.

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Samuel Wesley