Arthur Colman

Arthur Colman




Colman, Arthur, descrito como el "médium de materializaciones más maravilloso que ha conocido Inglaterra", por Florence Marryat en There is No Death. Hasta cinco espíritus totalmente materializados fueron vistos al mismo tiempo en una sesión con la autora. El control del médium era el espíritu femenino "Aimee". Colman, una figura muy conocida en los círculos espiritualistas de los años ochenta (1880) no permaneció mucho tiempo ante el público. Debido a la carga de su fuerza psíquica y al perjuicio en su profesión se dio por vencido de hacer sesiones públicas y se retiró. Su control "Aimee" parece haber sido heredado por F. F. Craddock


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COLMAN, ARTHUR, described as "the most wonderful materialising medium I ever met in England" by Florence Marryat in her There is No Death. As many as five fully materialised spirits were seen at the same time in a seance by the authoress. The control of the medium was a female spirit "Aimee." Colman, a well-known figure in spiritualistic circles in the eighties, did not long remain before the public. Owing to the drain on his strength and to the injury suffered in his profession he gave up public sittings and retired. His control "Aimee" appears to have been inherited by F. F. Craddock.

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Enciclopedia de ciencias psíquicas - Nandor Fodor




There is No Death – Florence Marriatt

Arthur Colman fue íntimo amigo de Eglinton, sus poderes no eran más limitados que las materializaciones de Eglinton, sino que sobresalían. Él fue el médium más maravilloso de materializaciones que ha conocido Inglaterra, debido a las lesiones de años pasados, por su profesión se ha visto obligado a renunciar a hacer sesiones de manifestaciones psíquicas, no por él mismo sino obligado por sus amigos. No puedo reprobarlo pero esta decisión por su parte ha sido una gran pérdida para el público, el público tiene más interés en el otro mundo que en éste, así que ha valido la pena el tiempo que el Sr. Colman dedicó en su vida, su salud y fuerza para la iluminación.

Arthur Colman es un joven de delicada constitución y apariencia, durante una época estuvo al borde de la muerte debido a las demandas de energía hechas por los fenómenos físicos, ahora ha renunciado a hacer más sesiones hasta que recupere su salud, ahora mismo parece una persona bastante diferente a lo que era. Este hecho demuestra lo que un médium desafortunadamente puede sufrir debido a tales manifestaciones. Desde que tomó esa decisión de no realizar más sesiones estoy aún más ansiosa por escribir lo que he visto a través de él, probablemente sus últimas veces. La primera vez que conocí a mi marido el Coronel Lean, él no había visto nada sobre espiritualismo, y fue poco a poco curioseando, y naturalmente un poco escéptico sobre el tema, o más bien, permítanme decirlo, incrédulo. Estaba casi preparado para recibir todas las maravillas pero con pruebas, y la guía del Sr. Colman, Aimee, estaba ansiosa por convencerlo de verdad. Ella organizó una sesión en la que estaría presente y que iba a celebrar en casa del Sr. y Sra. George Neville. Íbamos a cenar juntos y en la sesión estarían el Sr. y Sra. Neville, Arthur Colman, el Coronel Lean y yo. Como estábamos en la sala, sin embargo, después de la cena y antes de que comenzara la sesión una señora americana apareció, ella sabía poco de nosotros. Hubiéramos querido no tener extraños presentes y su advenimiento nos molestó, pero no sabíamos qué excusa poner para deshacernos de ella. Era una especie de persona pesada; y cuando la Sra. Neville le dijo que íbamos a celebrar una sesión de espiritismo, como dándole una pista de que ella podría ir mientras a disfrutar de sus vacaciones lo que ocurrió fue que decidió quedarse, de hecho dijo que había tenido una premonición. Dijo que en su habitación por la mañana una figura se le apareció de pie junto a la cama, vestida de azul y blanco, como las imágenes de la Virgen María, y que todo el día había tenido la impresión de que ella debía pasar esa noche con los Neville, y escuchar algo más. 

No podríamos deshacernos de la dama, por lo cual nos vimos obligados a pedirle que permaneciera y ayudara en la sesión ya que había tomado la decisión de quedarse, por lo que comenzaron los preparativos. Las dos salas de estar que se comunicaban con puertas plegables, una se abrió dejando una abertura. En uno de los cuartos pusimos una silla para el Sr. Colman. Él estaba vestido con un traje gris claro de la siguiente manera: Sus mangas fueron cosidas por dentro a la chaqueta, luego sus brazos se colocaron a la espalda y las mangas de la chaqueta se cosieron a los codos. A continuación, se cosieron las perneras de los pantalones juntas de la misma manera. A continuación se le ató alrededor del cuello, la cintura y las piernas con una cuerda de algodón blanca, de manera que cualquier movimiento la rompería y los dos extremos se sellaron a la pared de la habitación con cera y se le añadió mi sello con el nombre de Florence Marryat. Considerando que estaba bien asegurado, sin ninguna posibilidad de escapar, o al menos lo descubriríamos, lo dejamos en la habitación y organizamos la otra habitación para nosotros con una fila de cinco sillas delante de la cortina. La iluminación era la que daba un quemador de gas. Me senté la primera en la fila, después la Sra. Americana, la Sra. Neville, el Coronel Lean y el Sr. Neville. No estoy segura cuánto tiempo tuvimos que esperar para las manifestaciones, pero creo que no fueron muchos minutos antes de que una figura femenina se deslizara por el lado de la cortina y se sentara en la silla vacía de mi lado. 

Le pregunté: “¿Quién es?”, y susurró …”Florencia”, y puso su cabeza en mi hombro y me besó el cuello. Me estaba volviendo hacia ella para distinguir sus rasgos faciales cuando me di cuenta que una segunda figura estaba en frente de mí, de pie, y Florencia dijo “Madre, él es Powles”, y al mismo tiempo mientras se inclinaba para hablarme, la barba tocó mi cara. Yo no tuve tiempo de llamar la atención de mis amigos sobre los espíritus que estaban conmigo, cuando me sobresaltó escuchar una exclamación tras otra de los asistentes. La Sra. Americana gritó: “Ahí está la mujer que vino esta mañana”, el Sr. Neville dijo: “Éste es mi padre”, y el Coronel Lean estaba pidiendo a alguien que le dijera su nombre. Miré hacia mis compañeros. El Coronel Lean estaba allí con un anciano de barba blanca larga, alguien similar estaba delante del Sr. Neville. Delante de la cortina apareció una mujer vestida de azul y blanco, como una monja, mientras, Florencia y Powles estaban a mi lado. Como si esto no fuera suficiente para activar el cerebro de un mortal, la cortina estaba movida hacia un lado y allí estaba Arthur Colman con su traje gris, libre de todas las ataduras bajo el control de “Aimee”, quien gritó con alegría a mi marido, “¡Ahora Frank, ¿quieres creer?! Y dejó caer la cortina, las apariciones se deslizaban o se desvanecieron, y fuimos a la parte de atrás de la sala para encontrar al Sr. Colman todavía en trance y tal como lo habíamos dejado, con todos los sellos y puntadas intactas. No se había roto ni un hilo. Éste es el mayor número de espíritus visto alguna vez con un médium. He visto dos espíritus materializados a la vez, incluso tres, del Sr. Williams, la Sra. Showers, y Katie King, pero en esta ocasión fueron 5 con un médium, todos de pie junto a nosotros. Este es el tipo de cosas que la mayoría de personas no considera que valga la pena tener algún problema para ver. Ya conté cómo Florencia se materializa a través de este médium, y numerosos amigos desconocidos para él nos han revisitado a través de los médiums. Su mediumnidad de trance es tan maravillosa como los fenómenos físicos; algunos pueden superarse. Entre otros, dos espíritus llegaron a nosotros a través del Sr. Colman, ninguno de los cuales conocía en esta vida y ambos de los cuales, a su manera también tenían sus características. Uno fue la actriz Phillis Glover y el otro mi hijastro, Francis Lean, quien se ahogó por accidente en el mar.

 Phillis Glover fue una mujer con una vida muy agitada, principalmente en America, fue una genio versátil en la conversación como en todo lo demás. Fue peculiar, tenía una manera yankee de hablar, y una variedad de dichos y anécdotas familiares, que constantemente introducía en las conversaciones. No era una persona común y corriente mientras estuvo en esta vida, y con el fin de imitar su actitud y discurso con éxito uno tendría que ser una persona igual de inteligente que ella y sin ánimo de establecer excepciones en las facultades de la mente del Sr. Colman, él sabe y yo sé que Phillis Glover era más inteligente que cualquiera de nosotros. Cuando su influencia o el espíritu, por lo tanto, vuelve a través de él, es absolutamente inconfundible. No es sólo que conserve todos los caracteres de voz, forma, función (que el Sr. Colman desconoce por completo), es que ella aludía a circunstancias que tuvieron en vida y habla de gente con la que se asoció y que nunca se ha oído hablar más, ella relacionaba sus viejas historias, anécdotas, sus viejas canciones, para dar pruebas incontrovertibles de su identidad, incluso hechos y sucesos que ni siquiera conocíamos ninguno. Cuando ella aparece a través de él, Phillis Glover se sienta para hablar, de manera familiar como lo hicimos en días pasados. Francis, a su manera también, es algo notable. Las circunstancias de su muerte, los acontecimientos que le condujeron a ella y que nos eran desconocidos hasta que nos llegó a través del Sr. Colman; él nos habló de contenidos de cartas privadas, y repitió conversaciones y alusiones a circunstancias, además de nombres que eran totalmente de carácter personal. Él tenía una manera peculiar de hablar rápido y cortar las palabras de manera nerviosa que aún conservaba su espíritu, y que proporcionaba pruebas convincentes de su identidad a aquellos que lo conocieron en vida.







William Eglinton (médium)



Phillis Glover



Traje similar al visto por la Sra. americana 
Similar to the vision of Mrs. American